¿Cuántas mentiras usted escuchó y se decepcionó al descubrir la verdad? O ¿cuántas veces usted mintió y creyó que esa sería la única solución para salir bien de una determinada situación?
Así vemos cómo una simple mentira puede desencadenar una gran confusión.
Lo mismo sucede con la falsedad en la amistad, en la familia, entre colegas de escuela o trabajo, o conocidos de un modo general. Y justamente cuando la verdad es revelada, el desengaño es muy grande. ¿Valdrá la pena sacrificar una amistad o una relación afectiva por una mentira o falta de lealtad?
El problema es que una de las víctimas de la mentira, o tal vez la más afectada, es la persona que miente. Entonces ¿Cuál es la salida, para resolver una situación sin que sea necesario usar este recurso?
Una solución, que puede ser difícil, pero con seguridad es la mejor opción, es usar este consejo: “Por eso, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo, porque somos miembros los unos de los otros.” Efesios 4:25
Decir la verdad, a veces, trae una cierta incomodidad momentánea, pero aun así es mejor enfrentarla que remediar un descubrimiento, que inmediatamente después, será revelado.
Piense en eso Teens!
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