Antes de llegar
a la iglesia, era una niña desobediente, siempre vivía con mal carácter,
mis padres peleaban todo el tiempo, tenía una vida muy destruida, llegué a irme
de mi casa porque los problemas me tenían atormentada, sufría de insomnio y pesadillas,
me fui a la casa de mi tía junto con mi hermano. Pude conocer el Centro de
Ayuda Espiritual por medio de una invitación de mi tía y todo fue cambiando,
tuve la oportunidad de sacrificar en la Hoguera Santa y como resultado hubo una
transformación en mí; hoy en día soy una adolescente obediente, tengo
paz, hay alegría en mi corazón, participo con mucho amor en el grupo teen y
vivo tranquila gracias a Dios que me permitió estar en su presencia.
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