Para el adolescente, la apariencia es lo más importante. Es una época difícil porque todos están más interesados en lo que tenés, en lo que aparentas, que en lo que realmente sos.
Muchas veces llegas a sentirte tentado a hacer cosa que no quieres. Otras no te sentís conforme con tu cuerpo o con tu personalidad porque tus amigos y los que te rodean te hacen sentir inseguro. La industria de la moda y los medios de comunicación y el photoshop, dictan un montón de reglas que determinan quién es bella/o lindo/a y quién está a la moda o quién no.
Pero como adolescente de Dios, lo que te tiene que importar es la belleza de tu interior. Para que puedas agradar a Dios tienes que mantener tu corazón puro. Cuidá tu interior para que el Señor Jesús pueda bendecirte en todo lo que hagas.
No olvides que aunque muchos se dejan llevar por el exterior Él ve lo que hay dentro nuestro.
“Pero el Señor dijo a Samuel: No mires a su apariencia, ni a lo alto de su estatura, porque lo he desechado; pues Dios ve no como el hombre ve, pues el hombre mira la apariencia exterior, pero el Señor mira el corazón”.
1º Samuel 16:7
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